Por Erika Ángeles
Taquilla Arena México
Pues bien, en el número 189 de la Doctores en la Ciudad de México, se encuentra la famosa Arena México, conocida por ser el recinto de una danza colorida, con capas, máscaras y acrobacias, que muchos llaman lucha libre.
En este espacio caben nada más y nada menos que 16,500 personas, es decir, 5,550 elefantes, aunque creo que igual no te lo puedes imaginar. Tiene forma de estadio de futbol, pero con menos producción, aunque el humo para agregarle misterio a los luchadores adereza muy bien el folklor.
¿El ring?, no tengo mucho que decir, es un cuadro con tres cuerdas verde-azul que llaman la atención, pero entre tanta oscuridad, da igual el color que tengan.
Los asientos son de plástico duro y resbaloso, pero ¡ah! te acomodas bien padre. En el lugar que te toque, alcanzas a ver (medio borroso, pero se ve) y en las gradas, sobre todo, que es la zona más económica, se respira una adrenalina y ánimo intenso combinado con sudor, cerveza rebajada y humedad por los baños de barrio. ¡Que rico aroma!
Y cuando piensas que tienes todo listo para comenzar a ver la danza, te das cuenta de que tú y tus amigos son los únicos mexicanos en toda esa sección, porque el resto del espacio está ocupado por extranjeros que apenas y saben que hacen ahí, pero van con un ánimo que hace que te sientas orgulloso de ser mexicano. Un super plus es saber hablar inglés, pero ya sabes, lo esencial: 'beer', 'friend', y 'lets sing Cielito lindo', con eso tienes el kit listo para hacer amigos y pasar una noche inolvidable.
De pronto, las luces se apagan y una voz de macho alfa comienza a darte la bienvenida -¡Esto es Lucha Libre CMLL!- los gritos, aplausos, luces y música de gladiador hacen una mezcla tan colorida y abrumante, que no sabes para dónde ver.
¡Bam!, luz azul.
¡Bam!, luz amarilla
Y de fondo, los luchadores. Hombres grandes, peludos, con máscaras, capas y en su mayoría, cabello largo, salen caminando con seguridad, diversión y ganas de adrenalina, de sangre y vuelos desde la tercera cuerda.
Ring Arena México
La presentación de cada uno es encantadora: brazos arriba, gritos y cachetadas al luchador de su lado. Y en menos de lo que dura un parpadeo, ya se están dando unos buenos m*drazos, y perdón que lo diga así, pero aquí en México, no se le pueden llamar de otra forma.
Cachetadas, golpes al estómago, torcidas de brazo, patadas y jalones de cabello se sincronizan cual platillo en la cocina: cada uno a su tiempo, a su hervor.
Las máscaras, fieles acompañantes y confidentes, reflejan sus lentejuelas y colores brillantes con el sudor y luces de fondo; casi como ver alebrijes dándose golpes para...no hay motivo, pero eso lo hace aún mejor. Algunos acompañan su uniforme con calzoncillos de abuelita, otros con bragas, y unos más con shorts pegados; y hay de todos tamaños, formas y colores: plata, negro y azul, son los reyes de estos personajes.
Y sin darte cuenta, pasan 2 horas de puros golpes, risas y amigos; de cerveza, cantos y porras. De pronto te das cuenta de que estás viviendo la mejor noche de tu vida, y te decides a comprar esa cerveza cara y rebajada sólo porque estás feliz.
Y así como comienza, se acaba. Con un ganador, menos luces, menos gente, menos malos olores.
Pero comienza una aventura en la que llevas una máscara pirata quién sabe de que luchador, sudor en la frente, adrenalina y... muchas ganas de volver a ir.
Máscaras de luchadores
Aficionados
Souvenirs
Y si te quedaron ganas de saber más de este deporte, te invito a ver el siguiente video:
Sorprendente relato respecto a la lucha libre mexicana, es una expresión inequívoca de que el folklore mexicano siempre da de que hablar, felicidades por el reportaje, abrazo. DADM